Quiero dejar claro aquí que no soy una desequilibrada (escribo esto mientras me balanceo sobre mí misma y me arranco mechones de pelo en una esquina de mi habitación). Sin embargo, hay quien asocia mis dudas existenciales y mis reflexiones acerca del comportamiento humano a una inquietud excesiva e incluso insana. Lo sé cuando me dicen, desde la condescendencia, aquello de: “No le des vuelta a todo”. Lo primero que tengo que decir en mi defensa es que no le doy vueltas “a todo”, sino “a todo lo que me resulta interesante”. No me paso los días reflexionando sobre el precio de los tomates o las estupideces que escupen cuatro tertulianos televisivos, sino sobre lo que nos ocurre a las personas. Además, es muy fácil decir esas cosas cuando no tienes que escribir una vez a la semana algo supuestamente interesante que otros, con suerte, van a leer (no sé si notáis el rencor en mis palabras…Yo he hecho todo lo posible para que así sea).
Entiendo que es insano darle vueltas al mismo pensamiento una y otra vez hasta que ese pensamiento pierda el conocimiento, pero no se trata de eso, sino de llenar cada paso de un nuevo significado, dejando atrás las viejas certezas para adentrarse en nuevas incógnitas. Supongo que mucha gente se ha planteado, al menos una vez, qué hace en este mundo. ¿De verdad es tan descabellado hacerse esta pregunta?. E imagino que todos nos hemos planteado, además, si lo que estamos atravesando en momentos determinados de nuestra vida es una crisis existencial. ¿Qué es una crisis existencial?. Para mí es fácil, comienza con la pregunta: “¿Esto de qué leches va?”. Porque hay etapas en las que tu día a dia no es suficiente; se te queda pequeño, casi insignificante, vacío (¿os estoy deprimiendo, verdad?). ¿Pero y si vivir algo más que trabajar y alimentarse?. ¿Y si vivir fuera algo más que irse de vacaciones o encontrar un novio?. ¿Y si vivir fuera algo más que lo que hacemos y lo que pensamos?. ¿Y si vivir tuviera un contenido que intuímos pero todavía desconocemos?.
Quizá una parte de ti se haya acostumbrado a vivir como si no hubiera nada más que hacer, pero hay otra parte de ti que tiene la capacidad y el horizonte para vivir de otra manera. Respirar sin el desasosiego aferrado a los pulmones. Dormir sin el acoso de tu propia oscuridad. Mirarte sin temor a verte. Desatarte, comprometerte, reírte, liberarte, vivirte. Estar vivo implica una lucha permanente entre lo que sabes y lo que crees que sabes. Una batalla diaria entre lo que percibes y lo que piensas. Un duelo entre quién eres y cómo estás. Y reflexionar sobre si existen otros universos u otras claves. Descifrar entre la geometría de lo invisible que la existencia es inabarcable, que no termina en nosotros, que nuestras pieles no son fronteras, sino acantilados desde los que podemos arrojarnos hasta caer en el regazo de lo desconocido. No está loco el que indaga. No es un obsesivo el que intenta trascender. No es un desequilibrado el que busca un punto de apoyo entre la inmensidad de lo que ignora. Y ahora tengo que dejaros. Me toca la pastilla.
Bárbara Alpuente es Guionista de TV de series como "Camera Café", "Gavilanes", "Doctor Mateo" y Escritora, habiendo escrito recientemente la novela "Más allá de mí". También es Columnista de la Revista Yo Dona (Pulsar en el logo para más información sobre la revista)
No hay comentarios:
Publicar un comentario